REDACCION | REA nº 13 | Publicado en Octubre de 2014
De nuevo en Alicante hay que buscar propuestas artísticas de calidad en los medios privados. No ha de sorprendernos esa denominación, «cutrelook», que tanto ha dado de sí en las fachadas de muchos edificios tanto de Valencia como de los pueblos del entorno. El cutrelook era variopinto, barroco, incongruente, pero también personal y colorido, brillante. Dos investigadores, David Zaradaña e Íñigo Lanz, van un poco más lejos y un poco después, y tratan de racionalizar en clave museística su personal análisis de la a menudo tan patética arquitectura de playa, señalando algunos patrones de belleza subyacente en la estructura del paisaje urbano.