Una nueva galería de arte en Dénia: La Galerie a contracorriente.

ALEJANDRO SELLÉS | REA nº 13 | Publicado en Octubre de 2014

Un espacio sencillo, limpio, cuidado. Gente simpática, amable, llena de buenas intenciones. Obras de arte atractivas. Arriba, un cartel: La Galerie. Maurice y Pascal son franceses, aunque dos enamorados de La Marina. Se han atrevido con lo que parece imposible: abrir una nueva galería de arte en Dénia en plena crisis.

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Maurice Canuel, graduado por la Escuela de Bellas Artes, es galerista desde 1975. Abrió su primera galería en Ottawa, capital de Canadá. Su proyecto fue ya entonces promover el arte contemporáneo y moderno. Años más tarde, de nuevo en Francia, abrió con sus asociados una galería en París, en la explanada del Museo de Arte Moderno “Georges Pompidou”. En esta etapa Maurice presenta y defiende a jóvenes artistas contemporáneos muy prometedores como Velickovic, Djuricic, el genial Lindström, que tuvimos oportunidad de conocer en Alicante de mano de la galería Italia, hoy tristemente extinta, Bellacci, Louttre B. Milcovitch, Taule, Assadour, Virgil, Avati, Krasno, Le Yaouanc, Caballero, Tremois. Al igual que a otros artistas como Max Ernst, Atlan, Folon Stefani, Buffet, Prévert, Masson, Duchamp, Arroyo, Helion, Dado, Hartung, Topor, Manuel Viola, que son nombres de nivel, nos gusten más o menos a unos y otros, que ya sabemos que en el arte gustos son colores.

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«Pommes rouges»

Y cuenta Maurice: “Por azar Pascal Meynardie y yo nos conocimos en la inauguración de una exposición de pintura. Pascal, amante del arte, era coleccionista y practicaba puntualmente el mecenazgo, permitiendo a los artistas jóvenes y talentosos vivir de su arte. Nos asociamos y desde 1985 hasta ahora, en París, hemos compartido nuestra pasión común. Varias visitas a la Costa Blanca nos rindieron enamorados de la ciudad de Denia, inusual y perdida a nuestros ojos, con el puerto y sus rutas a Ibiza y Mallorca.»

Después de una larga reflexión, el asombro de sus familias, amigos y el entorno profesional, que desaconsejaba fuertemente abandonar París, su decisión, sin embargo, fue partir para vivir definitivamente en este lugar soleado que los había seducido: Dénia.

Ya lo decía Gabriel Miró en Años y Leguas, aunque con otras palabras: la siesta de Levante es más poderosa que el mismísimo Imperio Británico.

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Y Pascal añade: «Sabemos que no será fácil, y esperamos que una parte de nuestros vecinos aprecien compartir nuestro sueño. Por supuesto, si no lo logramos,  lo importante será que al menos habremos intentado otra forma más europea e internacional de promover el arte en este lugar cosmopolita. He aquí el desafio que nos hemos planteado.»

Y desde la Revista de Estudios Alicantinos les deseamos mucha suerte.

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