REA nº 1 | Publicado en Octubre de 2013
Los neveros son pozos artificiales, excavados en la tierra, para la recogida de nieve, donde se almacenaba el hielo. En Alicante se conocen grandes nevadas en las montañas que permitían guardar de esta forma el hielo para su posterior utilización en diversos usos. También los neveros se llenaban de hielo importado de otros lugares.
Se tiene conocimiento de su existencia desde la época romana. Posteriormente tuvieron un mayor desarrollo durante los siglos XVI y XIX, hasta el siglo XX, cuando ya comenzaron a aparecer las fábricas de hielo y los frigoríficos, dejando de utilizarse los neveros.
Estos pozos artificiales tenían diversos accesos para la extracción del hielo, a distintas alturas desde el exterior hacia el interior, mediante ventanas abiertas en sus paredes reforzadas de piedra y escaleras de subida hacia ellas.
En la parte superior a cielo abierto, eran cubiertas muchas veces por techados. En algún nevero conservado puede observarse una techumbre de teja árabe. El propósito de utilizar el hielo en estos neveros, era comúnmente para la conservación de los alimentos, además de utilizarse también para dicha conservación de los alimentos la sal en forma de salazones y los adobos.
El uso del hielo, era una forma común por aquellos tiempos de conservación, que también eran la base de muchos jornaleros de la época. Los neveros se han encontrado en diferentes partes de nuestra geografía. La aplicación del hielo en la medicina también era importante en la antigüedad clásica, teniendo en el Renacimiento más auge su utilización con fines medicinales.
Uno de los principales consumidores de hielo de España era el Reino de Valencia. A la ciudad de Valencia llegaban unos dos millones de kilos, descontando los que se perdían durante el transporte. Según el libro El llibre de conte y rao del arrendament de la neu y nayps de fines del siglo XVIII, es donde se evalúan la cantidad de nieve que llegaba al Reino. Desde el puerto de Alicante se exportaba hielo a Ibiza y al Norte de África.
Algunos autores han relacionado el consumo del hielo con las formas de vida refinada, las ciudades litorales, los veranos calurosos, las enfermedades de las albuferas, donde era imprescindible la utilización del frío en los procesos febriles, como los producidos en los tiempos del cólera, meningitis, inflamaciones de diversos tipos y/o traumatismos. El consumo de hielo se relaciona con cierto nivel de desarrollo económico y cultural.
A partir de 1890 los neveros fueron cayendo en desuso con la progresiva creación de las fábricas de hielo, y los frigoríficos.
Recogida, conservación y transporte de la nieve
La nieve se recogía al final de la primavera, echándola en los neveros, o pozos de nieve, donde se apisonaba para compactarla y que se hiciera hielo, porque además de esta forma se conservaba durante más tiempo y disminuía su volumen, consiguiendo que cogiera mas cantidad de hielo.
Después se cubría con paja, tierra, hojas o ramas formando capas para evitar su descongelación y mantener el hielo durante mas tiempo. En verano, se cortaba éste hielo en piezas para transportarlas por medio de carros de tracción animal, hacia los puertos y núcleos urbanos más cercanos donde se comercializaba. El hielo solía transportarse por las noches para evitar que se derritiese. Los trabajadores de los neveros hacían un trabajo muy duro sin la protección contra el frío de la que ahora se dispone.
Neveros conservados en Alicante
En la provincia de Alicante, se conserva el nevero de Alcoy, en la Sierra de Mariola, que fue excavada en la roca viva con unas dimensiones de 14,9 m de diámetro por 12 m de profundidad. Este nevero es llamado Cava Gran.
En Agres hay dos Cavas, la de L’Habitación y la Cava de Don Miguel en Bocairente. En el centro histórico de Bocairente se encuentra la Cava de la Neu, restaurada y acondicionada para la visita turística, de unos ocho metros de diámetro. En la Font Roja entre Alcoy e Ibi, se conservan seis pozos neveros. Otros neveros conservados se encuentran en la Sierra de Aitana, en Benifallim, en Jijona, en el Maigmó etc.
Se conocen también la existencia de neveros de hielo en Asturias, Baleares, Barcelona, Canarias, Gerona, Guipúzcoa, Huesca, La Rioja, Madrid, Medinaceli, Murcia, Salamanca, Tarragona, Valencia, Vizcaya, y Zaragoza.
Facebook