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Adrián Espí Valdés, el exdirector del Gil-Albert condenado por abuso sexual, en la Tertulia Taurina Amigos de Nimes

PEPE MIRÓ | REA | Publicado en Noviembre de 2014

Adrián Espí Valdés, ex director del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, condenado con sentencia firme por abuso sexual contra un menor, es invitado a las jornadas culturales taurinas organizadas por la Tertulia Taurina Amigos de Nimes a dar una conferencia sobre el arte. Como amante del toreo y como alcoyano, lamento que una asociación cultural dedicada al arte taurino no sepa apartar socialmente a personajes corruptos que son una vergüenza por su fallido paso por los puestos de administración cultural y por su conducta personal.

 

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El juez consideró probado que el docente tocó los genitales a un menor en un gimnasio en Alcoi.

El titular del Juzgado número 5 de Alicante ha condenado a una multa de 20 meses (a razón de 12 euros diarios) a Adrián Espí Valdés, catedrático jubilado de Historia del Arte en la Universidad de Alicante y exdirector del Instituto de Cultura Juan-Gil Albert, por un delito de abusos sexuales a un menor (un adolescente de 16 años). El magistrado considera probado que el docente, ya jubilado, tocó los genitales al chico mientras estaba adormecido en el jacuzzi de un gimnasio en la ciudad de Alcoi. El juez también condena a Espí a indemnizar a la familia de la víctima con 6.000 euros.

La sentencia considera probado que el 16 de enero de 2011 Adrián Espí acudió a un gimnasio, ubicado en el centro comercial Alzamora de Alcoi. A continuación, se dirigió al jacuzzi de la instalación donde se encontraba dormido el menor. “Con ánimo libidinoso primeramente empezó a rozar los pies al menor y finalmente le tocó los genitales, por encima del bañador, momento en el que la víctima, le dijo: ¿qué estás haciendo?, y el acusado le dijo: ¿no te gusta que te acaricien?”, recoge textualmente la sentencia.

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Vergüenza y miedo

La declaración de la víctima fue “clara y sin contradicciones, y no se aprecia ningún ánimo espúreo en su declaración”, precisa la resolución judicial. El menor declaró que, tras la agresión, salió corriendo y contó los hechos a un monitor y al director del centro deportivo. También admitiendo que sintió “mucha vergüenza, humillación y miedo”.

El magistrado también basa la sentencia en la declaración de los testigos, entre ellos, monitores del gimnasio. Uno de estos declaró en la vista oral: “Vino el chico muy afrontado, y me dijo que le había tocado los genitales en los jacuzzis una persona mayor”.

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