Nuevo diccionario de la RAE define ‘alicantina’ como treta, astucia, ¿y por qué está tan mal?

FRANCISCO DE SALINAS | REA nº 13 | Publicado en Octubre de 2014

En una nueva edición plagada de anglicismos provenientes de la esfera de la informática, hay quien se ha molestado, y especialmente por estos lares, de que la palabra «alicantina» tenga una acepción, además de la del gentilicio, que a otros pueda molestar: la de argucia, treta, astucia. Y posiblemente es una demonización algo banal por parte de los que critican este sentido más antiguo de la lengua, y algo de verdad en ello hay, y algo de valor, también, pues astucia, argucia o treta también son sinónimo de inteligencia, maña y hasta de sabiduría, según el caso.

Diccionario-Real-Academia-Espanola-23-RAE

alicantina.

(De alicante1).

1. f. coloq. Treta, astucia o malicia con que se pretende engañar.

Con esta definición, junto a la del gentilicio femenino, nos define el antiguo y el nuevo diccionario de la RAE a nuestra palabra «alicantina». Hay quienes se han molestado con el mantenimiento de la entrada con la nueva edición del DRAE, aparecida hace unos días. Sin embargo, con cierta jocosidad y un poco de humor se puede apreciar que hay en esa definición mucha sabiduría de nuestros antepasados y algo de acierto también hoy.

No faltan las alicantinas en los consistorios alicantinos, por cierto. Revitalizado el vocablo y desempolvado, bien queda claro, por ejemplo que a muchos políticos de varios municipios alicantinos no les falta habilidad en alicantinas. Mírese a la alcaldesa de Orihuela, guapa y alicantina, y versada en alicantinas como pocas, o a la actual alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, que se cae de fiestas de pijamas en compañía del tan alicantino Enrique Ortiz, y sin embargo se las ha apañado para seguir en la legislatura hasta que el cuerpo aguante, para eso hay que ser versado en alicantinas. Y no nos olvidemos de la Ciudad de la Luz, que tan beneficiosa fue de construir para los constructores amigos de los políticos y que sin embargo, tan poco le ha servido a los alicantinos; le hicieron una buena alicantina a los alicantinos.

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Al que no le faltaba talento en las alicantinas es al ex-alcalde de Torrevieja, ahora preso de la cárcel, y a su premio de novela, que era un timo como una catedral, o dicho sea en puesto de uso, una alicantina de tres pares.

Y ahora Fabra, el president, busca medidas extraordinarias para reconducir al rebaño ciudadano, que a base de alicantinas ha terminado por votar a Podemos, satisfecho con la demagogia libertaria de los nuevos descamisados encabritados con tanto recorte, que tanto rezuman a Marx como a Spengler. Y bueno, también esas declaraciones juradas del PP para prometer que un cargo político imputado se retirará de la función pública en cuanto sea imputado es una buena alicantina, ahora que ya ha pasado la legislatura y que nadie los ha movido de sus sitios mientras han estado en función pública… ¿o no?

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